En medio de una pantalla contaminada por programas de bajo calibre, emerge esta nueva propuesta televisiva que intenta terminar el día de manera positiva.
La noche del martes 5 de abril se produjo el debut de Dante Gebel en la pantalla de Canal 9. La expectativa no estaba centrada en la calidad del programa porque, dados los antecedentes de Gebel en materia de medios, se daba por descontado que sería muy buena. Y así lo fue.
Una puesta en escena con una orquesta en vivo que se adaptó perfectamente al libreto, apareciendo en los momentos justos. Y la figura de Dante, emergiendo entre las luces para comenzar el programa hablando de ciertos valores perdidos, como en este caso, la sana costumbre de decir “gracias”. Al parecer, el monólogo inicial de los programas sucesivos tendrá esa tónica, a la que, por supuesto, no le falta el humor y la distensión que regala el conductor aunque hable de los temas más complicados. Siempre esboza una sonrisa, siempre esa sensación de que le quiere meter un chiste al final de la frase, pero que tampoco abusa de ese recurso, porque si no lo amerita, no lo hace. Y está bien.
La primera parte del programa consta de un informe sobre lo que Dante denominó como “los verdaderos héroes de la Argentina”. Se trata de personas que cultivan el bajo perfil, pero que hacen mucho por la gente, en pos de construir una sociedad mejor. La historia de anoche, la del “Ringo” de San Francisco Solano, puso de manifiesto la intención de la producción, de buscar historias de héroes anónimos y visibilizarlas, a fin de que las obras que esa gente hace, no pasen al olvido.
En la segunda parte, Dante propone una pasarela de estrellas del mundo del espectáculo a las que entrevista en una suerte de diván televisivo. El turno de anoche fue para el humorista e imitador Martín Bossi, quien sorprendió a más de uno con sus declaraciones. Habló de su vida, de su espiritualidad y, un poco, desenmascaró ciertas hipocresías del mundo artístico. Tal vez, cosas que todo el mundo sabe o sospecha, que son secretos a voces, pero que prefiere hacer caso omiso para no dejar de distraerse con las mentiras de la tele y el teatro. Hizo un duro cuestionamiento de las premiaciones al espectáculo y sostuvo su valoración del reconocimiento público desde otro lado, y no desde la obtención de un galardón que morirá en una vitrina de su casa.
El cierre, para quienes ya venían siguiendo la versión de “La Divina Noche” en Vorterix, fue prácticamente, ese monólogo en el cual Dante despliega toda su verborragia para referirse a temas que sacuden la estantería.
Fin del capítulo 1 de “La Divina Noche de Dante”, por la televisión abierta argentina que, al fin, comienza a pensar en otras alternativas a tanta mediocridad reinante de programas especializados en bucear en lo más bajo de la dignidad del ser humano para facturar unos pesos más o lograr una décima más de rating. No se sabe aún cuánto habrá medido Dante anoche, pero más allá de los números, es saludable ver que en medio de la toxicidad de la pantalla chica, se puede respirar algo de aire puro.
Fuente: Diario PC de @DamiánSileo