𝘗𝘰𝘳 𝘊𝘦𝘤𝘪𝘭𝘪𝘢 𝘔𝘰𝘭𝘪𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘌𝘯𝘧𝘰𝘲𝘶𝘦.𝘢𝘳 - 𝘖𝘵𝘳𝘢 𝘔𝘪𝘳𝘢𝘥𝘢

Desde hace generaciones, el Parador San Javier se ha destacado por su amor por la gente, su compromiso social y su empatía con la discapacidad. Actualmente, Adrián Calabrese está al frente de este emblema de inclusión en las costas de Pinamar. En diálogo con Enfoque.ar - Otra Mirada, nos cuenta sobre su compromiso con la accesibilidad y cómo continúa el legado de su padre, quien inculcó estos valores a lo largo de los años.

La travesía de Isolina Maisano

El Parador San Javier ha sido testigo de incontables historias de esfuerzo y superación. En esta ocasión, Adrián nos comparte su experiencia acompañando a Isolina Maisano en su travesía por el mar.

 Le diagnosticaron un cáncer agresivo y le extirparon media cadera. Sin embargo, su espíritu de lucha la llevó a desafiar sus propios límites y buscar nuevos retos. Contactó por Instagram al profesor Gabriel Magrini, quien junto a sus alumnos de Marino Spa nada en el mar desde el Parador San Javier. Gracias a su esfuerzo y el acompañamiento del equipo, logró su gran desafío: nadar en mar abierto.

Un parador pionero en accesibilidad

El Parador San Javier fue el primero en la zona en contar con una silla anfibia para que personas con movilidad reducida pudieran disfrutar del mar de manera segura. "No queremos que nadie se quede sin vivir esta experiencia. Todos tienen derecho a disfrutar del mar sin limitaciones", afirma Adrián Calabrese.

Un compromiso que trasciende generaciones

El compromiso del parador con la inclusión viene desde su padre, quien inculcó en Adrián la importancia de brindar oportunidades a todos. Desde chico aprendió que el mar es de todos “y que debemos hacer lo posible para que así sea”. Hoy siguen trabajando para mejorar la accesibilidad y dar seguridad a quienes nos visitan, cuenta Calabrese.

Seguridad y rescates en la temporada

Además de su compromiso social, el parador ha enfrentado una temporada intensa en materia de seguridad acuática. Los guardavidas han realizado numerosos rescates, demostrando una vez más la importancia de la preparación y la prevención.

Adrián también se refirió a los rescates de esta temporada. "El mar es hermoso, pero también hay que respetarlo. Cada día nuestro equipo de guardavidas está atento para evitar situaciones de riesgo y asistir a quienes lo necesiten", señaló.

El impacto comercial del compromiso social

Más allá del impacto social, el compromiso del Parador San Javier con la inclusión también ha sido un diferencial en lo comercial. Los turistas valoran estos espacios donde todos son bienvenidos. Los eligen porque saben que allí hay un equipo comprometido con la seguridad, la empatía y la calidad de servicio. “Nos sigue eligiendo la familia”, destacó.

El mar nos iguala

La historia de Isolina y el testimonio de Adrián Calabrese nos recuerdan la importancia de los legados, de aquellas enseñanzas que trascienden generaciones y nos invitan a construir un mundo más justo y solidario. En un tiempo donde la indiferencia suele ganar terreno, gestos de empatía y compromiso como los vividos en el Parador San Javier nos muestran que es posible hacer la diferencia.

El mar es un símbolo de inmensidad y posibilidades. Así como sus olas no distinguen entre quienes pueden y quienes no, nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Incluir, valorar y ayudar al prójimo no debería ser una excepción, sino nuestra forma de vida. Porque, al final del día, lo que verdaderamente cuenta no es cuánto poseemos, sino cuánto hemos amado y cuánto hemos hecho por los demás.

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