El equipo de transición del presidente electo Donald Trump ha anunciado la organización de un servicio de oración interreligioso para un día antes de su toma de posesión. Este evento será una oportunidad para que los participantes se unan a Trump y su esposa, Melania, en un momento de adoración. 

Sin embargo, el acceso al evento será exclusivo, ya que solo aquellos que donen al menos 100,000 dólares o recauden 200,000 dólares para las ceremonias inaugurales podrán asistir. Según un prospecto filtrado, los eventos incluyen una serie de reuniones exclusivas para donantes, como una “recepción del gabinete” y una “cena a la luz de las velas” con la pareja presidencial. Los donantes más grandes, aquellos que aporten un millón de dólares o recauden dos millones, tendrán acceso a seis entradas para estos actos. 

Esta decisión ha generado controversia, especialmente dentro del ámbito religioso. El reverendo Gary Hall, ex decano de la Catedral Nacional de Washington, expresó su preocupación, alegando que la participación de Trump en estos eventos refleja una contradicción con principios cristianos fundamentales. En respuesta, la Catedral planea un “Servicio por la Nación” independiente de cualquier administración, buscando promover la unidad entre los estadounidenses. 

Por otro lado, otros grupos, como el músico evangélico Sean Feucht, también están organizando eventos religiosos para apoyar la toma de posesión de Trump. Sin embargo, su intento de realizar un servicio en la histórica iglesia católica St. Joseph’s se complicó por la falta de permiso del sacerdote, lo que generó confusión y controversia. Feucht, aunque con el permiso no otorgado, aseguró que el evento continuará, pero la ubicación aún está por definir. 

En un contexto donde las divisiones políticas y sociales son palpables, este tipo de eventos subraya la importancia del diálogo y el respeto mutuo, recordando la necesidad de encontrar espacios de unidad en medio de la diversidad.