En Wilmore, la Universidad Asbury de Kentucky, ha pasado poco más de año desde que ocurrió uno de los mayores avivamientos espirituales estadounidense en más de 50 años. Aunque solo trascendieron dos semanas y dos días, el impacto se sintió en todo el mundo, no solo en el campus, y aún perdura. Según el Dr. Kevin Brown, presidente de Asbury, incluso un año después, sigue habiendo una sensación de expectativa. 'Nuestros estudiantes todavía sufren de hambre. Siguen siendo los líderes. Hemos tenido más de 50 grupos que han ido a diversos ministerios e iglesias tanto en los Estados Unidos como en el extranjero, y han ido y han compartido», dijo Brown.

Por otro lado, se suma el testimonio de la profesora Sarah Thomas Baldwin. Ella afirma que este año está experimentando los beneficios de este fenómeno para los estudiantes universitarios. Según Baldwin, un nuevo impulso se ha desatado durante el otoño, con estudiantes comprometidos en sesiones regulares de adoración y oración, marcando un cambio significativo en la vida universitaria.

En la actualidad está escribiendo un libro que proporciona información actualizada sobre la situación actual del avivamiento en la universidad y relata lo que vio en la capilla el 8 de febrero del año pasado.“Ha habido muchas historias de personas de todo el mundo que se conectaron para compartir sus testimonios”, afirmó.

“Tuvimos esta experiencia compartida en la que vimos a Jesús estar presente con nuestros estudiantes y eso realmente se convirtió en una plomada”, dijo, según CBN News.

La declaración de Sarah respalda lo dicho por el teólogo canadiense David Koyzis durante el avivamiento en Asbury, destacando la importancia del «fruto» como evidencia genuina de la actividad divina entre los estudiantes.