En el contexto actual, la educación sexual en el sistema escolar ha suscitado un debate profundo y necesario sobre los contenidos y enfoques utilizados, especialmente cuando se dirigen a niños en edades tempranas. La distribución de materiales de Educación Sexual Integral (ESI) en varias escuelas de nivel inicial y primaria de la provincia de Buenos Aires ha generado inquietud entre padres, docentes y miembros de la comunidad. Estos textos y actividades proponen introducir temas como la identidad de género y los modelos de familia, incluso a niños de tan solo cuatro años, generando dudas sobre la adecuación de tales contenidos para estas edades.

Los materiales incluyen cuentos y ejercicios donde se presenta la 'familia alternativa' y se sugieren ideas sobre la identidad de género que no siempre se corresponden con el sexo biológico. En ellos, la identidad de género aparece como una noción flexible y desvinculada de la biología, promoviendo que los menores exploren y cuestionen roles y normas sociales desde una perspectiva que no siempre resulta comprensible o relevante para su etapa de desarrollo.

También distribuyen un juego, llamado “Nos”, para niños de primaria, a los que se invita a “explorar y cuestionar las representaciones tradicionales de género y cuerpo”.

Las raras ilustraciones de 'Nos', el juego propuesto a niños de primaria para desafiar las 'normas de género'. Lo llamativo en este caso son las ilustraciones, por demás ambiguas. Un menor bañándose con un adulto. Una niña bailando con un señor. Y obviamente dos varones, niños, “conociéndose”.

Diversos especialistas en educación han señalado que un abordaje tan amplio y avanzado de estos conceptos puede ser confuso y poco oportuno para la comprensión de los niños pequeños. En efecto, pedagogos y psicólogos infantiles coinciden en que el aprendizaje en estas etapas debe adaptarse a las capacidades cognitivas de los menores y responder de forma adecuada a sus preguntas e intereses, sin sobrecargarles con información que aún no pueden procesar completamente.

En este sentido, el enfoque actual de la ESI es cuestionado por algunos sectores, quienes consideran que ciertos temas no deberían tratarse de manera explícita con los niños en el nivel inicial. Estos sectores sostienen que el material debería enfocarse en enseñar el respeto por la propia identidad y la de los demás, sin promover ideas que puedan llevar a una interpretación equívoca o forzada de los conceptos de género y sexo.

Los críticos también señalan que los materiales de ESI no profundizan en otras áreas igualmente importantes, como el respeto mutuo entre géneros o la comprensión básica sobre temas biológicos y reproductivos, que podrían ser explicados de forma simple y adecuada a la edad. Estos temas, argumentan, permitirían a los niños desarrollar una percepción de su propio cuerpo y del cuerpo ajeno de manera respetuosa y saludable, sin necesidad de introducir ideologías complejas que puedan interferir en su formación inicial.

Por otro lado, defensores de la ESI subrayan que la inclusión de temas de diversidad de género responde a la necesidad de educar a las nuevas generaciones en valores de inclusión y respeto hacia las distintas expresiones de identidad. Sin embargo, la implementación de tales contenidos en las primeras etapas de la vida escolar plantea una interrogante sobre la forma en que la educación debe responder a las demandas sociales sin comprometer la inocencia ni generar confusión en los estudiantes.

La sociedad se enfrenta a una encrucijada entre la necesidad de construir una educación que fomente la inclusión y el respeto, y la protección de la niñez a través de un enfoque pedagógico equilibrado y adecuado a las etapas de desarrollo. En un contexto en el que las posturas son diversas, parece indispensable que el debate avance con un diálogo abierto y respetuoso, priorizando el bienestar integral de los niños y la sensibilidad hacia los valores y expectativas de sus familias. 

RECLAMOS AL GOBERNADOR Y A EDUCACIÓN

El diputado liberal Guillermo Castello presentó un pedido de informes al gobernador Axel Kicillof respecto a la colección de libros “Identidades Bonaerenses: Leer, sentir, pensar, vivir la provincia,” la cual, según afirma, incluiría contenido de sexo explícito. En su solicitud, dirigida a la Dirección General de Cultura y Educación (DGCE), Castello requiere detalles sobre la distribución de este material en las escuelas bonaerenses. Además, plantea preguntas sobre los funcionarios responsables de la aprobación y los posibles efectos de tales contenidos en la educación pública de la provincia.

Por otro lado, la propia vicepresidente Victoria Villarruel posteo a través de su Instagram un fragmento de una de las bibliografías y escribió: 'Los bonaerenses no merecen la degradación e inmoralidad que @kicillofok les ofrece. Existen límites que nunca deben pasarse. ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños! ¡¡Con los chicos NO!! (Perdonen lo explícito pero esto no es educación y los padres no deben permitir que se sexualice a sus hijos)'.

En medio de todas las críticas, también salió a dar su parecer el propio presidente argentino.  Frente a las críticas, Javier Milei adoptó una postura contundente en sus redes sociales, compartiendo varias publicaciones en X (antes Twitter) y dirigiéndose directamente a Kicillof: “ESTO ES EL KIRCHNERISTA KICILLOF: Les muestro fragmentos que el degenerado de Axel Kicillof obliga a leer a los alumnos en las escuelas de la Provincia de Buenos Aires.'Esta aberración tiene alto contenido sexual. Este es libro que los medios llora pauta y el Kirchnerismo quería evitar que se difunda.”, compartió el presidente.

Los retuits de Javier Milei contra Kicillof por los polémicos libros de ESI. Foto: captura.

La discusión sobre los libros de educación sexual distribuidos en las escuelas de la provincia de Buenos Aires subraya la importancia de respetar tanto los derechos de los estudiantes como de los padres en el proceso educativo. Es esencial que la educación se base en principios científicos y en un enfoque respetuoso hacia el desarrollo integral de los jóvenes, sin ceder a presiones ideológicas. Los padres tienen el derecho de participar activamente en la formación de sus hijos, asegurando que los contenidos sean apropiados y que promuevan valores que protejan su bienestar. Un sistema educativo sano debe garantizar que el conocimiento impartido favorezca la dignidad y el respeto, promoviendo una formación equilibrada que permita a los estudiantes crecer en un entorno seguro y respetuoso.